domingo, 17 de mayo de 2009

Hay lugares... (2)



El sueño no es una alegoría, una remezcla o un comentario sobre la vigilia, el flujo de imaginería entre ambos no es unilateral.¿Cuántas veces te ha sucedido, en la que llamas tu vida, llegar a un momento que tenía ya tus huellas impresas por todas partes, gastado y oliendo a camisa del día anterior? Un momento en que hasta las paredes se esfuerzan por resultar convincentes y pedazos de loza rota restallan contra tus oídos segundos antes de que un codazo involuntario haga caer el jarrón al suelo. Dos pares de lentes con distinta graduación, nada más. La cama que drenó el sudor de tu primera noche en blanco, los pasos que, a tu espalda, rivalizaron con tus pulsaciones cuando tomaste el callejón equivocado, la manos que una noche dieron forma a tu cuerpo, separándolo de la piedra con suave precisión, todo lo que fue demolido, cancelado, arrastrado hacia las márgenes secas del tiempo, te espera agazapado tras la caída del sol, cuando, cerrándolos, abres los ojos.