domingo, 17 de mayo de 2009

Hay lugares... (2)



El sueño no es una alegoría, una remezcla o un comentario sobre la vigilia, el flujo de imaginería entre ambos no es unilateral.¿Cuántas veces te ha sucedido, en la que llamas tu vida, llegar a un momento que tenía ya tus huellas impresas por todas partes, gastado y oliendo a camisa del día anterior? Un momento en que hasta las paredes se esfuerzan por resultar convincentes y pedazos de loza rota restallan contra tus oídos segundos antes de que un codazo involuntario haga caer el jarrón al suelo. Dos pares de lentes con distinta graduación, nada más. La cama que drenó el sudor de tu primera noche en blanco, los pasos que, a tu espalda, rivalizaron con tus pulsaciones cuando tomaste el callejón equivocado, la manos que una noche dieron forma a tu cuerpo, separándolo de la piedra con suave precisión, todo lo que fue demolido, cancelado, arrastrado hacia las márgenes secas del tiempo, te espera agazapado tras la caída del sol, cuando, cerrándolos, abres los ojos.

martes, 28 de abril de 2009

Hay lugares... (1)


En un sueño, casi todo es prestado. Supongamos que en el vestíbulo del hotel, un desconocido se interpone entre tú y la locomotora fractal de las 9:15 (que BAJO NINGÚN CONCEPTO debes perder), dándote codazos mientras te comenta que el Duque de Wellington, afincado en el último tomo de la Enciclopedia Brittanica, ha declarado la guerra a sus vecinos Wellan (Ontario) y Welles, Orson, y que, si nadie lo remedia, sus tropas arrasarán página tras página hasta conquistar la A, matando nombres, violando definiciones y dejando huérfanas a miles de notas al pie por el camino. En circunstancias normales, el desconocido se permitirá cambiar de rostro, raza e incluso género durante la escena, puede que más de una vez si la conversación se alarga. Y, con toda seguridad, cada una de sus formas habrá sido robada inadvertidamente a su legítimo dueño, sea este el repartidor de publicidad de la boca de metro, la vecina a la que espiaste a los 14 años y que todavía ejerce de estrella invitada en alguna fantasía nocturna o ese actor en blanco y negro cuyo nombre jamás te vendrá a la cabeza. Lo mismo podrá aplicarse al vestíbulo del hotel, un compuesto de apropiaciones arquitectónicas tan inestable como las facciones del desconocido. Los sueños tienden a desarrollarse en localizaciones prestas a la demolición, para cuyo uso no has sido autorizado, y de las que hay que huir desordenadamente, sacrificando actores y argumento. Y sin embargo hay vestíbulos, balcones, barriadas enteras que insisten en sobrevivir a la noche, fijándose a tus párpados como el equipaje de los cómicos itinerantes, que arrastraban el mismo parco escenario de una función a otra, de Calderón a Samuel Beckett. Lugares que engarzan sus raíces entre la arena, topónimos enquistados en la más voluble de las geografías.

domingo, 10 de agosto de 2008

Pregunta tirando a retórica.

Pero vamos a ver, alma de cátaro, desgraciao: teniendo lo que tienes, y a tus años, ¿a santo de qué empeñarse en esta indigencia postiza?

lunes, 24 de septiembre de 2007

Patton prevails

Got a six-pack and a blank screen
ain't got no words for my tune
Me, a six-pack and a blank screen
somethin' ought to come through soon
swap the laptop for a rooftop
Bark some curses at the moon...

Dos horas de reloj delante del ordenador intentando escribir la letra para una canción y nada, que no se deja. Vaya un gasto inutil en cerveza...
Seguro que esto no le pasa a Delfin, el increible hombre capaz de rimar "nueva york" con "nueva york" y "torres gemelas" con lo primero que se le ocurre y quedarse tan ancho en su traje regional de piel de vaca. En fin, ya que esta noche no me sale fablar curso rimado, y menos en inglés, aprovecho para actualizar esto un poco.
Ahora que Tutto Pavarotti está zampando pastelillos en Valhalla, es hora de reivindicar a la voz definitiva de nuestro tiempo: Mike Patton.
El evangelio según un colega y yo dice que crear mitos y obsesionarse con ellos es saludable y necesario. Para Miles Davis, el mayor hijo de puta del jazz, la imagen heróica de Sugar Ray Robinson fue la inspiración y el modelo a seguir durante los días que pasó encerrado en el cobertizo de su padre superando el hábito de la heroína.
Patton es ahora mi mito, el cantante que todos querríamos ser. Un explorador de la voz, Diamanda Galas con polla y un pasado rockero. Un tío que, a pesar de la fama y y el plan de jubilacion que le aseguraban Faith no More, decidió hacer caso a los ruidos y voces en su cabeza y dejar constancia de ellos, aunque nadie quisiera escuchar.
Hacer una discografía de Mike Patton, incluyendo a sus doscientos grupos y las colaboraciones con músicos experimentales conocidos en su casa a la hora de comer, es tan difícil como hacer una lista de todos los cantantes de Black Sabbath que no incluya a Junco, Franco Batiatto o tu padre, así que prefiero recomendar unos pocos discos y que la curiosidad de cada uno haga el resto:
- "Angel Dust", de Faith no More. Como el rock de pricipios de los noventa, pero en tarao e impredecible.
- "California", de Mr Bungle. Una radio poseída, saltando de emisora en emisora por todos los estilos musicales que en el mundo han sido. Diversion asegurada o le devolvemos el dinero.
- "Director's Cut", de Fantomas. O de cómo meter a músicos de trash metal y free jazz en la misma habitación para hacer versiones de canciones de películas
- "Moonchild", de Zorn, Patton, Baron y Dunn. Basado en un libro de Aleister Crowley. El infierno recreado con bajo, guitarra, batería y voz. Mi disco de por la mañana, de camino al trabajo.
- "Anonymous", de Tomahawk. La banda sonora perfecta para los libros de Castaneda. Peyote, maestro nagual y desierto de Sonora no incluidos.
- "Peeping Tom", de Peeping Tom. Su disco de pop electrónico. Los 40 principales en un mundo evolucionado.

Y ya está bien por hoy. En próximos (espero que no muy próximos) posts hablaremos de cómo la muerte de Papá Polanco me dejó sin trabajo, para regocijo de Alí Omar. Hala, a cascarla.

lunes, 27 de agosto de 2007

Las nuevas sendas necesitan una jupak

Como ha insinuado alguno, el cadáver del post de hiromi ya echa un tufillo a sushi que tira patrás. Lo reconozco, este blog se actualiza tan a menudo como el Corán. Pero no por falta de interés, si no de capacidad; mis ideas están perdiendo la costumbre de articularse en palabras y quedarse quietas por un rato. Esto, amigos, no es un cerebro, es un IPod(tm) en modo aleatorio. Uno es lo que come, dicen, y en los últimos tiempos, quitando conversaciones con otros más centrados y libros de la carrera que intento devorar a marchas forzadas, mi dieta intelectual se ha basado en, por este orden, internet. Es decir, segmentos de información mal redactados sobre temas que tampoco son tan importantes, y sin ninguna relación entre sí excepto el link a final de página o los mecanismos asociativos propios del interflauta: "...¡sopla!, el Ulises de Joyce en formato de fotonovela casera... Presentando al calcetín a cuadros en el papel de Stephen Dedalus, la manopla de cocina como Leopold Bloom y, llegado de su exitosa gira por Europa del este, Rusty el Mono Tamborilero a Pilas interpretando a la señora Bloom. Ya, y conozcan al resto del reparto: el mismo pato de goma con distintos sombreros. A todo esto...¿qué habrá sido del gordo chino de los kung fu kids? ". Por supuesto, luego tenemos al carromato de fenómenos de circo que es youtube, la wikipedia, tan instructiva como el reverso de las tarjetas del trivial, y siete naves industriales de películas, series y discos para cuya asimilación necesitaré no menos de ocho reencarnaciones consecutivas. En conclusión, mi mente está dejando de emitir para convertirse en un receptor perfecto que no añade ni sustrae nada, que es indistinguible del objeto observado. Ni yoga ni mantras ni pollas, Interfred te lleva al Samadhi saltándose todos los estados intermedios.
Pero no pongáis todavía el cordón policial alrededor de BavarianFireDrill, que la criba de información y estática ha comenzado y con ella la programación de otoño. Hablaremos de Matthew Smith, el Syd Barrett de los programadores de juegos de spectrum, de Mike Patton, el hombre que graba doce discos mientras tú sacas la basura, de Hobgoblins, la película que te contagia enfermedades venéreas, de la nación sarda, donde se puede estar enamorado y vivir una road movie sin necesidad de despeñarse antes de los créditos finales, de la librería Crisol, lugar de peregrinación para zombis y demás casos humanos del Barrio de Salamanca, de las sesiones de grabación con "Mississipi" Luis Torrente para nuestro primer disco (aún no tiene título, pero ya hay propuestas: "Fred", "No te confundas con el reverb, man", "Sin permiso del ayuntamiento", sugerido por una vecina tocapelotas, y "Abuelos de inteligencia normal", profetizado por Alí Omar hace un par de años), y de muchas cosas más sin relación con el caso. Como decía el alfiletero de Hellraiser: tenemos tantos mundos que enseñarte...
BavarianFireDrill
BavarianFireDrill
les hará pensar
les hará reir...

martes, 29 de mayo de 2007

Hiromi Uehara

Mi colega el Luis me lo aconsejó...y hace tiempo que no escuchaba algo tan hermoso. El otro día estábamos en mitad de una de nuestras sesiones magistrales de jazz y bin ladens y me puso un tema del disco "Brain". Yo lo había escuchado ya varias veces, mientras escribía, me llamó la atención desde el principio (una japonesa de veintisiete años, la mayor hijadeputa actual del piano según muchos, el primer tema se llama "Kung fu world champion" y está inspirado por Jackie Chan; era obvio, no?) pero no había puesto suficiente atención. En un momento dado, la china está improvisando sobre un tema precioso y decide que para un rato está bien, pero no como forma de vida, y se sale por la tangente cambiando el discurso, el tono y la pieza entera de una sola frase. En ese momento, Luis se cayó elocuentemente de la silla. Y yo, en espíritu, con él.
Si todavía no os ha entrado la curiosidad, chequead esto:

miércoles, 23 de mayo de 2007

Inspector Cabezaservilleta, es usted un cuadramelón

Esto viene siendo lo que los pedantes llaman escritura automatica cuando llevan tres o cuatro bin ladens y un par de servilletas encima, dejarse ir y soltar la caña a ver si cae un salmón o una tapa de chanquetes, como podéis ver no es gran cosa. Lo espontáneo tiende a ser la repetición de tu último gesto, grabado en la retina/huesos/agenda, o el remix de lo que te ha sido dado ver, leer y oir a lo largo del día. Miseria, slogans y cancioncillas. Gurdjieff, ese pedazo de armenio por no llamarlo otra cosa, hablaba, por boca de otro mas elocuente y más de badajoz, del verdadero yo que pintarrajeamos y vestimos de fiesta cada mañana, del usurpador que estacionamos frente a la puerta, pero me da a mí que la puerta y toda la fachada son de cartón-piedra y detrás hay solo operarios y el sudor de la cinta que traquetea imprimiendo otra escena.
Desde nuestra celda lo vemos pasar.
Por cierto, para quien sepa apreciarlo, resulta que existe una organización mil veces más relevante que la masonería. El mundo será fred o no será.