lunes, 24 de septiembre de 2007

Patton prevails

Got a six-pack and a blank screen
ain't got no words for my tune
Me, a six-pack and a blank screen
somethin' ought to come through soon
swap the laptop for a rooftop
Bark some curses at the moon...

Dos horas de reloj delante del ordenador intentando escribir la letra para una canción y nada, que no se deja. Vaya un gasto inutil en cerveza...
Seguro que esto no le pasa a Delfin, el increible hombre capaz de rimar "nueva york" con "nueva york" y "torres gemelas" con lo primero que se le ocurre y quedarse tan ancho en su traje regional de piel de vaca. En fin, ya que esta noche no me sale fablar curso rimado, y menos en inglés, aprovecho para actualizar esto un poco.
Ahora que Tutto Pavarotti está zampando pastelillos en Valhalla, es hora de reivindicar a la voz definitiva de nuestro tiempo: Mike Patton.
El evangelio según un colega y yo dice que crear mitos y obsesionarse con ellos es saludable y necesario. Para Miles Davis, el mayor hijo de puta del jazz, la imagen heróica de Sugar Ray Robinson fue la inspiración y el modelo a seguir durante los días que pasó encerrado en el cobertizo de su padre superando el hábito de la heroína.
Patton es ahora mi mito, el cantante que todos querríamos ser. Un explorador de la voz, Diamanda Galas con polla y un pasado rockero. Un tío que, a pesar de la fama y y el plan de jubilacion que le aseguraban Faith no More, decidió hacer caso a los ruidos y voces en su cabeza y dejar constancia de ellos, aunque nadie quisiera escuchar.
Hacer una discografía de Mike Patton, incluyendo a sus doscientos grupos y las colaboraciones con músicos experimentales conocidos en su casa a la hora de comer, es tan difícil como hacer una lista de todos los cantantes de Black Sabbath que no incluya a Junco, Franco Batiatto o tu padre, así que prefiero recomendar unos pocos discos y que la curiosidad de cada uno haga el resto:
- "Angel Dust", de Faith no More. Como el rock de pricipios de los noventa, pero en tarao e impredecible.
- "California", de Mr Bungle. Una radio poseída, saltando de emisora en emisora por todos los estilos musicales que en el mundo han sido. Diversion asegurada o le devolvemos el dinero.
- "Director's Cut", de Fantomas. O de cómo meter a músicos de trash metal y free jazz en la misma habitación para hacer versiones de canciones de películas
- "Moonchild", de Zorn, Patton, Baron y Dunn. Basado en un libro de Aleister Crowley. El infierno recreado con bajo, guitarra, batería y voz. Mi disco de por la mañana, de camino al trabajo.
- "Anonymous", de Tomahawk. La banda sonora perfecta para los libros de Castaneda. Peyote, maestro nagual y desierto de Sonora no incluidos.
- "Peeping Tom", de Peeping Tom. Su disco de pop electrónico. Los 40 principales en un mundo evolucionado.

Y ya está bien por hoy. En próximos (espero que no muy próximos) posts hablaremos de cómo la muerte de Papá Polanco me dejó sin trabajo, para regocijo de Alí Omar. Hala, a cascarla.